Autora: Michelle Goldstein 
El
tema de las vacunas es extremadamente controversial. A la mayoría de las
personas se nos ha enseñado desde temprana edad que las vacunas son seguras y
previene la enfermedad. Deseaba que ambas afirmaciones fueran ciertas, pero
ahora estoy convencida, después de una extensa investigación y experiencia, que
las vacunas no previenen la enfermedad y están muy lejos de ser seguras. 
Tremenda
presión se ejerce a los médicos, hospitales, escuelas públicas, familia y los
amigos para vacunar. Usted debe llegar a sus propias conclusiones y mantenerse
firme, en caso de que decida no vacunarse. Es imperativo tomar tiempo para
hacer un poco de investigación independiente sobre este procedimiento médico.
Las consecuencias para la salud por el daño de las vacunas, que incluyen la
muerte, no pueden ser revertidas, recuérdelo. 
Disonancia Cognitiva = Paradigma 
Para
muchos, es demasiado amenazante considerar que algo que uno lo ha escuchado toda
su vida no pueda ser verdad. Esto se llama Disonancia Cognitiva y se interpreta
como Paradigma. He experimentado este mismo principio cuando comencé a
investigar el tema de las vacunas. 
Yo
no quería creer lo que los artículos de investigación independientes y libros
bien escritos me aconsejaban sobre las vacunas. Me sentí muy incómoda.
Realmente yo creí por mucho tiempo que las vacunas que me
pusieron a mí y a mi familia, nos daban más protección contra la enfermedad.
Yo
estoy muy triste, decepcionada e indignada al descubrir que era todo lo
contrario. Me tomó varios años de investigación y tiempo revertir gradualmente
mis puntos de vista a lo que son hoy. Sé que mis opiniones son impopulares y
controvertidas, pero realmente siento que las implicaciones y peligros de las
vacunas son demasiado grandes para mí, quedarme en silencio y no hacer nada. 
Usted
solo/a debe hacer su propia decisión sobre si se debe vacunar o no, pero es
esencial que la decisión se haga como un consumidor informado de la asistencia
sanitaria. Quiero que otros aprendan de mis errores y no sufrir como nuestra
familia está sufriendo por los graves y potencialmente amenazantes efectos
secundarios negativos de las vacunas. No siga ciegamente el consejo de otros,
incluyendo a su médico. 
LA PRESIÓN PARA VACUNAR 
Varios
problemas complican la decisión de si se debe vacunar. Muchos padres se sienten
presionados a vacunar por sus médicos, familias y escuelas. 
Profesionales
y empleados que trabajan en los hospitales de salud son presionados para
vacunarse a sí mismos con el fin de mantener sus puestos de trabajo. En
particular, las vacunas contra la gripe se requieren a menudo anualmente para
mantener el empleo. Si bien existen excepciones médicas, incluyendo la opción
de usar una máscara durante la temporada de gripe, los empleados sanitarios a
menudo sienten que no tienen otra opción, si quieren mantener sus puestos de
trabajo. 
Los
amigos cercanos, empleados por los hospitales han discutido este dilema
conmigo. Las enfermeras de todo el país, indignadas por este estado de cosas,
se han organizado y trataron de protestar. [1, 2] 
Si
usted es un padre, su bebé será vacunado contra la hepatitis B lo más probable
al nacer. La hepatitis B es una enfermedad que los usuarios de drogas
intravenosas y personas sexualmente promiscuas están en mayor riesgo de
contraer, no su bebé recién nacido. Solo tiene sentido administrar esta vacuna
a un recién nacido, desde la perspectiva de ayudar a impulsar las ganancias de
las compañías farmacéuticas que hacen las vacunas. [3] 
Los
pediatras aconsejan rutinariamente a los padres a dar a sus hijos un gran
número de vacunas, lo que empieza al nacer. Estas incluyen las vacunas contra
la hepatitis B, la vacuna DTaP (difteria, tétanos y tos ferina), MMR (paperas,
sarampión y rubéola), varicela, influenza, el VPH (virus del papiloma humano),
la hepatitis A, la neumonía, la meningitis, la polio y más. [4, 5] 
¿Por qué usted no debe seguir
ciegamente los consejos del médico?
No
siga ciegamente los consejos de su médico. Ellos han sido muy bien entrenados y
adoctrinados para recomendar vacunas y están, de hecho, presionados a seguir
las recomendaciones de sus organizaciones profesionales, como la Asociación
Médica Americana (AMA) y la Academia Americana de Pediatras (AAP). 
Si
los médicos y otros profesionales de la salud no recomiendan vacunas, habrán
consecuencias profesionales negativas. La mayoría no ha hecho ninguna
investigación independiente sobre este tema. 
Muchos
profesionales de la salud que pasan algún tiempo estudiando el tema de las
vacunas llegan a la conclusión de no vacunarse y no vacunar a sus propias
familias. He tenido cerca médicos y enfermeras amigas que confían en mí, pero
que siguen recomendando ciertas prácticas de cuidado de la salud, incluidas las
vacunas, en las que ya no creen personalmente. Ellos lo hacen por la presión de
seguir la práctica médica estándar y el miedo de poner en peligro sus puestos
de trabajo o prácticas. 
La
mayoría de las consultas de pediatría convencionales privadas se niegan a
prestar servicios a menos que su hijo sea vacunado, al menos parcialmente. La
mayoría de los médicos de medicinas alternativas, homeopáticos y quiroprácticos
apoyarán su decisión de no vacunar. El sitio web del Consejo de Vacunación
(http://www.vaccinationcouncil.org) es un recurso excelente que puede usar para
localizar a un médico que apoye su decisión de no vacunar. 
Los
pediatras asociados con los hospitales públicos no pueden rechazar los
servicios a los niños que no están vacunados. Con esfuerzo, un médico o
proveedor de atención de la salud puede ser encontrado para apoyar su decisión
y guiar a su hijo para tener buena salud, según sea necesario. 
En
última instancia, usted y nadie más que usted debe asumir la responsabilidad de
su propia salud y la de su hijo. Por desgracia, en la realidad de hoy, los
padres se enfrentan a una enorme presión desde el sistema de atención de salud
para vacunar a sus hijos. 
LA PRESIÓN DE LAS ESCUELAS A
VACUNAR Y EXCEPCIONES QUE EXISTEN
Si
las presiones de la comunidad médica no fueran suficientes, las escuelas
amenazarían con no admitir a niños no vacunados. La mayoría de los padres no se
dan cuenta de que existen excepciones en cada estado, permitiendo que los niños
asistan a la escuela. Cada estado tiene excepciones médicas, religiosas y/o
filosóficas. Los niños educados en el hogar evitan esta política pública. Para
determinar sus leyes estatales para excepciones, puede averiguar aquí
(http://www.nvic.org/Vaccine-Laws/state-vaccine-requirements.aspx) 
Conclusión
La
mayoría de nosotros hemos sido entrenados para creer que las vacunas son
seguras y prevenir la enfermedad. Nos confunde profundamente darnos cuenta de
que esto puede no ser cierto o que de hecho es todo lo contrario. 
Existen
presiones tremendas a los médicos, hospitales, la familia y los sistemas de
educación pública para vacunarnos a nosotros y a nuestros hijos. A los médicos
se les enseña a recomendar la vacunación como una defensa de primera línea
contra enfermedades, pero sin embargo no se les enseña, ni ilustra o advierte
los daños graves para la salud creados por las vacunas. 
Los
médicos a menudo siguen ciegamente las recomendaciones de sus organizaciones
profesionales de vacunar, sin hacer ninguna investigación independiente. Los
pocos médicos y enfermeras que saben los peligros de la vacunación, a menudo
siguen recomendando vacunas a los pacientes por temor a consecuencias
profesionales. 
Depende
de usted para aprender acerca de las consecuencias reales de las vacunas para
la salud, incluyendo la muerte y las enfermedades que amenazan la vida. 
Existen
profesionales sanitarios para hacer respetar su decisión de no vacunar, si
decide hacerlo. Existen excepciones de vacunas en todos los estados para
permitir que los niños no vacunados asistan a escuelas públicas. Su salud y la
de sus hijos dependen de que haya tomado el tiempo para educarse antes de tomar
la decisión de vacunar o no vacunar. 
POR FAVOR, CONSULTE LOS SIGUIENTES SITIOS PARA APRENDER MÁS
6.
http://www.nvic.org/injury-compensation.aspx 
 
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