El
CEO y fundador de Visyon, Pere Pérez, asegura que en unos 3 años los casos o
diademas con sensores que interpretan lo que piensas, serán comunes.
En
2016, las imágenes de alumnos de la Universidad de Florida controlando sus
drones con la mente dejaron a más de uno en estado de shock. Incluso, se
llegaron a realizar carreras de drones pilotados sin mandos, solo con el
cerebro.
En
el showroom de Visyon (Grupo MediaPro), ubicado justo debajo de sus oficinas en
la Ciudad Condal, se encuentra uno de estos drones que vuelan gracias al poder
de la mente además de un caso aún más llamativo por lo aparatoso que es.
En
realidad, este caso son unas gafas de realidad virtual HTC con un sistema de
sensores acoplado de Neurable, una compañía dedicada al desarrollo de
herramientas de neurotecnología que interpretan la intención humana, miden
las emociones y proporcionan control telequinético del mundo digital. Este
extraño visor lo completan las lentes de Tobii,empresa sueca dedicada al control y
el seguimiento ocular.
En
definitiva, en Visyon cuentan con un armatoste bastante extraño que a simple
vista puede dar bastante miedo, y cuando te explican qué es capaz de hacer,
aterroriza. Su CEO y fundador, Pere Pérez, asegura que en unos 3 años toda esta
tecnología será real.
BRAIN COMPUTER INTERFACE
Que
una máquina sea capaz de realizar una acción en base a nuestro pensamiento o
sentimiento es lo que se llama Brain Computer Interface (BCI) y es en lo que
trabaja Visyon.
La
BCI se define como la conexión y comunicación entre un cerebro cableado y un
dispositivo externo.
Los
sensores cerebrales permiten detectar diferentes frecuencias emitidas por el
cerebro que se corresponden con estados de la mente, como relax, estrés o
concentración. Estas frecuencias son por el momento bastante básicas, pero el
nuevo reto de los sensores para el cerebro es intentar descubrir la intención.
"El
futuro de los brain sensors va más allá de simplemente detectar nuestro estado
de concentración o relajación. Esto incluye que podamos empezar a detectar
nuestra intención de hacer algo, por ejemplo, elegir entre A, B o C con la
mente", explica Pere Pérez, CEO de Visyon.
Esta
compañía española que empezó trabajando con la realidad virtual y aumentada
hace ocho años, cuando este sector aún estaba en pañales, empieza ahora a
investigar los sensores cerebrales y sus aplicaciones en el día a día.
"Por
el momento, este casco (ver el vídeo) se apoya mucho en la detección de las
pupilas para complementar a los sensores. Pero es una nueva tipología de
lenguaje digital (el BCI) con la que estamos empezando a trabajar para saber
cómo podemos diseñar interfaces que tendrás que controlar con tu mente. No con
tus manos, no con tu pantalla", añade Pérez.
En
concreto, el sensor Neurable empleado en la compañía española funciona con seis
sensores que deben tocar el cuero cabelludo y dos pinzas que van al lóbulo de
la oreja, para registrar frecuencias.
Visyon
ha empezado a trabajar con este dispositivo para aplicaciones en fábricas.
"Llevamos más de un año trabajando con esta tecnología y haciendo
prototipos y uno de los que más opciones vemos es combinado con un simulador de
carretillas industriales. Esto nos permite, por una parte, que el usuario pueda
alcanzar un nuevo nivel de interacción y que mientras esté conduciendo
pueda realizar otras acciones con su mente, y por otra parte, nos permite
entender el grado de capacitación de esa persona al usar una carretilla. Si
notamos que tiene un cierto grado de ansiedad cuando se cruza gente o cuando
tiene que hacer una maniobra más compleja, entendemos que este individuo no
debería llevar este tipo de maquinaria".
DEL CINE AL DÍA A DÍA
Diadema
Muse
La
investigación con este tipo de dispositivos no es nueva. La imagen
cinematográfica de una persona con decenas de cables conectados al cerebro es
muy recurrente, y no solo se limita a la ficción.
En
1924 un psiquiatra alemán, Hans Berger, descubrió la tecnología de
electroencefalografía en humanos. La llamada EGG funciona colocando electrodos
en el cuero cabelludo conectados a un amplificador donde se recogen las ondas
electromagnéticas que son registradas por un ordenador.
Estos
patrones neuronales permiten a los científicos conocer el comportamiento del
cerebro normalmente en reposo, por ejemplo para estudiar los problemas del
sueño, aunque el avance en su estudio ha permitido su uso en la implantación de
prótesis neuronales para que los individuos puedan recuperar audición, vista o
movilidad.
Asimismo,
con el objetivo de acercar esta tecnología al consumidor final, en los últimos
años varias compañías han comenzado a poner a la venta soluciones capaces de
'leer el cerebro'. Un ejemplo es Muse. Esta diadema que se puede
comprar en la web de la compañía o en Amazon se coloca por delante de la frente
y apoyado en las sienes para que detecte tu estado mental y consiga
reducir el estrés gracias a la música.
"Muse
te brinda retroalimentación en tiempo real sobre tu actividad mental mientras
meditas para facilitar la meditación y mantenerte enfocado. Deja de adivinar y
comienza a meditar", explican en su anuncio.
Otro
ejemplo es Focus Pocus control mental, un juego para mayores de 7 años en los
que una diadema transmisora con sensores permite "entrenar la memoria, la
capacidad de concentración, la relajación y la meditación a través de múltiples
y variados juegos que realizas con la mente".
-
¿Es una tecnología futurista?
-
Sí, no es algo que se vaya a poner en práctica hoy en día. Es una primera fase
de algo que está empezando y que creo que en tres años nos permitirá empezar a
utilizarlo en entornos reales.
Tres
años. Es decir, que en 2022 o 2023 los cascos capaces de saber qué
decisión vas a tomar, serán una realidad.


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